El hecho de haber nacido y crecido en un lugar (Tepic) y después haber emigrado a otro lugar (Guadalajara) a seguir creciendo pero sobretodo a madurar, hace que me sienta como si tuviera dos vidas. Una vida en Tepic y otra vida hasta cierto punto distinta en Guadalajara.
Pues cada vez que vengo a Tepic me siento raro, diferente. Sin lugar a dudas me provoca una gran nostalgia con tantas y tantas cosas que viví aquí, lo raro es que la gran mayoría (si no es que todo) de esas cosas ya cambiaron y ya no son como eran. Concluyo pues que he crecido y ese entorno que tenía también creció con el tiempo.
La mayoría de los amigos y conocidos que tenía aquí en Tepic ya no estan o estan casados o dedican su tiempo a sus nuevos amigos que ahoran son más cercanos. Y me parece bien, uno crece y el entorno crece, las cosas cambian. Lo único es que mientras mi entorno creció yo crecí pero en otro lugar, con otra gente, otros lugares, otro entorno... Y creo que esa es la razón por la cual estando en aquí me empiezo a sentir ajeno, raro, fuera de lugar.
Durante estas dos semanas aquí hubo momentos en los que pensaba en querer regresar a Guadalajara. Primero pensaba en eso y me sentía culpable pero después de pensarlo más y más concluí que a fin de cuentas termina siendo algo normal pues noto que uno es de donde viene no de donde nace, a la larga te acostumbras, te adaptas y te vuelves parte de. Al menos así es con todas las personas que conozco que tienen mucho tiempo viviendo fuera de su lugar de origen.
En unas cuantas horas estaré partiendo a Guadalajara a continuar con mi vida, la vida que tengo allá, con el Juan Antonio de allá. Quizá al que en estos momentos estoy más acostumbrando... Pero nos vemos pronto mi querido Tepic.
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