En realidad empezó un poco antes, unos meses antes. Debió de haber sido por ahí de inicios del 2018 cuando se presentó ante mí dicha oportunidad. Pero primero voy a dar un poco más de contexto.
Cuando recién terminé la universidad y comencé a trabajar profesionalmente tenía el sueño de en algún momento trabajar en alguna empresa grande de TI en Estados Unidos, en realidad esa empresa siempre fue Google. Por aquellos años (principios de la década del 2010) Google estaba en su boom, era la empresa que más estaba innovando. Primero con el buscador, después Gmail con varios gigas de espacio, Google Wave, Chrome, etc. Todos esos productos eran innovadores de alguna u otra manera y eso aunado a una campaña publicitaria de sus oficinas y lo cool que era trabajar ahí, rápidamente seducía a cualquier ingeniero.
En mi caso, pensaba que lo mejor era adquirir un poco más de experiencia "local", mejorar el inglés y prepararse para las entrevistas. Sí, en aquellos tiempos era cuando se corrían todos esos rumores de las entrevistas imposibles de Google, era la moda pues. Así que pensaba que necesitaría un buen de experiencia y preparación para poder pasar la entrevista.
El tiempo pasó. Nunca "terminé" de prepararme lo suficiente y por ende nunca apliqué. Ya con más madurez y experiencia, y después de conocer experiencias de otras personas trabajando en Estados Unidos como ingenieros de software mi sueño cambió. Ya no sentía un interés por trabajar en una empresa top en Estados Unidos. ¿Razones? varias. Mismas que ameritan un post después para hablar sobre esto.
El punto es que dos años atrás se me presentó la oportunidad de trabajar en Estados Unidos como ingeniero de software y después de pensarlo, meditarlo y repensarlo. Tomamos la decisión de venirnos para acá. Una decisión muy difícil pero que hasta el día de hoy puedo decir que ha valido la pena.
Mi primer día laboral fue un lunes 9 de Julio de 2018 pero llegamos a nuestro destino final dos días antes, el sábado 7 de Julio de 2018. Después de un viaje por carretera de 4 días desde Tepic Nayarit, México hasta Redwood City California, Estados Unidos.
Fue un viaje inolvidable. Nunca habíamos manejado tanto, nunca en otro país. Nos tocaron climas extremos, paisajes que no habíamos visto antes, montañas enormes, el desierto, lagos, etc. Subimos, bajamos. Fue cansado pero fue genial. Con muchos nervios antes de cruzar la línea. Al final todo salió bien. Llegamos sanos y salvos.
Este fue el itinerario del viaje:
- Día 1: Salida de Tepic Nayarit hasta Ciudad Obregón Sonora.
- Día 2: Salida de Ciudad Obregón Sonora hasta Phoenix Arizona.
- Día 3: Salida de Phoenix Arizona hasta Santa Barbara California.
- Día 4: Salida de Santa Barbara California hasta Redwood City California.
Todavía en México
En Arizona nos tocó una tormenta de arena. Estuvo muy fuerte, tanto así que tuvimos que parar casi una hora porque era imposible ver los carros al frente o atrás.
El viaje lo puedes hacer en tres días (dos si tienes mucha prisa) pero nosotros decidimos pasar un día en Santa Barbara para conocer la playa y relajarnos un poco.
Llegamos el sábado a medio día a descansar un poco y el domingo nos dedicamos a terminar los últimos pendientes para estar listo para mi primer día de trabajo. Básicamente el domingo compré mi Clipper Card para poder transportarme en el BART hacia la oficina en San Francisco.
Fin del viaje, después de 3 mil KM |
Finalmente la primera foto de San Francisco desde la oficina |
Después de dos años fuera de tu país aprendes a valorar muchas cosas que de otra manera difícilmente te darías cuenta.
Es curioso porque el primer año fue básicamente de adaptación. El segundo pintaba para cosas más divertidas pero la pandemia se atravesó. Aún así, tratamos de disfrutar cada momento. Y con todo y todo, hoy que ya llevamos dos años, me siento feliz de todo lo que hemos vivido.
Siempre he creído que lo mejor que te dejan los años son las experiencias y las personas. El poder venir para acá nos ha permitido conocer personas que se han vuelto parte de nuestras vidas (de alguna u otra manera), a pesar de que acá las relaciones humanas son más frías sabemos que tenemos amigos con los cuales podemos confiar y sentir ese apoyo (que vaya que sí lo resientes cuando vives en otro país, sin tus familiares y amigos).
Estamos bien, y como dijera Cerati:
"Ahí vamos..."
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